Wednesday 28 February 2007

El Fútbol, el Cúcuta y otros demonios

A Isaías le hacía falta un brazo, pero le sobraba corazón, tanto que se le termino estallando dentro del pecho y lo mató.

Corrían los años 80, y yo era tan grande que mi abuelo con su único brazo todavía podía alzarme y decirme cuanto pesaba en arrobas. Él siempre sonreía optimista aunque el tiempo se empeñaba en contrariarlo repitiéndole al oído que yo iba a ser tan grande como la herencia dictaba.

Mi abuela mientras daba órdenes en la cocina y preparaba los toques secretos decía:

- El “hombre ese” (mi abuelo) esta encerrado con el televisor. Ave María Purísima que ese equipo gané o sino quién se lo aguanta.

Y yo que era el único ser en los alrededores que lo entendía, era el único autorizado para entrar a ver el partido con el viejo. Televisor a blanco y negro, con el volumen en cero y el radio a todo volumen con la narración del negro Perea. Allí, en esa pieza llena de libros, magia, herramientas y afiches de candidatos del conservatismo aprendí que Maradona era un gran jugador, que Di Estefano era mejor pero nadie se acordaba de él, que Garrincha y Tostao habían sido el alma del equipo del Brasil del 70, que había que apostarle a Millonarios, y que algún día iba a volver un equipo a Cúcuta como el del 64 y sus negros aguerridos del Uruguay. Aprendí muchas cosas más sin duda, que no podría enumerar y que llenaron años de una amistad cómplice entre el viejo Isaías y yo. Amistad que desgraciadamente el tiempo cortó con el comienzo de una deuda entre el fútbol y yo. Una que apenas hace unos meses empecé a ver saldada.

Recuerdo cuando el fútbol me asesto el único golpe mortal que me ha dado. Era 1994 y la selección Colombia favorita a ganar el Mundial, había jugado muy mal los dos primeros partidos. Mi abuelo pasaba una semana mala, con su corazón a cuestas repetía “juegan como maricas, les hacen falta calzones”, y se ahogaba. Durante el partido final contra Suiza después del segundo gol de Colombia sufrió un embolismo producto de la furia, la emoción y la alegría contenida que lo terminó matando semanas después en la cama de un Hospital. El fútbol se lo había llevado y yo lo culpe mucho tiempo por esto, el viejo se murió en su ley esperando tiempos mejores para Colombia y el Cúcuta Deportivo.

Para ese entonces yo ya era amigo de un escritor de esta casa, Diego Felipe Panqueva, mi amigo, hermano confidente y crítico más cercano. Una persona de gafas y pantalones caídos que me acompañó toda la infancia, la adolescencia y la adultez. Hincha furibundo, de esos que acompañó al Cúcuta durante los años aciagos en la B, de esos a los cuales una boleta de sombra en el general le hacía resplandecer los ojos. Diego solía decir “yo quiero al Cúcuta como un hijo bobo”. Yo supe desde los 3 años que Diego estaba enfermo, después me hice médico y comprendí con un temblor en el alma, que a este otro, con el que veía partidos y gritaba madrazos mientras el Cúcuta salía derrotado, la vida también me lo iba a quitar, Diego se murió en Noviembre del año pasado y mierda…. Tampoco vio al Cúcuta Deportivo campeón.

Por eso cuando el Cúcuta gano la final en Ibagué yo estaba pegado al computador escuchando el partido en Internet. Andrea, mi novia que no comprende mucho de fútbol pero intenta llevar una actitud un poco más comprensiva que la de mi abuela, me terminó abrazando cuando se dio cuenta que los gritos se habían vuelto lágrimas, lágrimas inocultables, las lágrimas de mi abuelo y de Diego, los negros aguerridos de Isaías que volvieron y salieron campeones del fútbol Colombiano. No podría decir que todo fue felicidad, yo soy medio melancólico, y cada vez que me acordaba del Cúcuta o veía la bufanda roja y negra (Ole y hacen bufandas en Cúcuta), me daba rabia y tristeza. Mi abuelo no había cantado un tango ese Domingo glorioso y Diego no me llamaba para reírse conmigo de los malos tiempos.

Ayer el Cúcuta Deportivo le empató a Gremio, en el estadio de Portoalegre. Ayer según escuché salieron los mismos negros aguerridos a hacerse matar en la grama. Ayer el Fútbol me siguió pagando una vieja deuda que tenemos. Y esto no termina acá, la copa sigue y probablemente no nos vaya tan mal como todos auguraron. Volverán los tiempos aciagos, la selección Colombia volverá al mundial y se volverá a quedar sin el mundial y yo me haré viejo.

Entonces espero morirme como mi abuelo, de un corazón tan grande que no me quepa en el pecho, y habiéndole enseñado a alguien que ese juego hermoso de 11 jugadores y un balón trae esperanza y alegría a todas partes. Que a pesar de que los colores del Cúcuta sean rojo de sangre y negro de años de violencia, pobreza y promesas incumplidas, siempre se puede esperar un Domingo en el cual morirse celebrando un gol.

7 comments:

Andrea Barrera said...

Yo ya he aprendido algo, y ese deporte me inspira uno que otro sentimietno y me trae buenos recuerdos.

Cerebro said...

Oye, no sabia que fueras amigo de Diego. No me gusta el futbol, pero en Diciembre del año pasado, en medio de una novena sentí gran felicidad, el Cucuta habia quedado campeón, como homenaje a Diego. Un abrazo!

pavenecia said...

que te digo yo, trip,trip,trip... no sé, esta ba por ahi nevagando y vi tu blog, sorpresa grata que fuera tan bueno y bueno. rayuela es hermoso, opio en las nubes :) no se si sabes que Madiedo gano un premio con el libro. gabo que es orgullo para mi, que bueno que te guste la literatura porque es lo mejor que ahi. el maor en los tiempos del cólera es hermoso y 100 años de soledad y del amor y otros demonios... no sé, es muy bueno. bueno. que más. diplomados (familiares de uribe... despotismo) tiene aumento de salaria llegando a ganar hasta 40 millones de pesos al mes, y el mínimo ya no es minimo si no molécular... asi que bueno, un abrazo. cuidate y ta bueno tu blog.

pavenecia said...

diplomados no, embajadores. que pena :P

pavenecia said...

bueno, MAMERTISMO... creo calificar de corazón, pero no es pseudo, a mi en verdad me gusta el vino, no es mi culpa que los hippies tuvieran tan buenas ideas... estoy planeando en una año recorrer algo como "diarios de motocicleta" pero repito, no es pseudo---- aunque de pronto si tengo un gusto por discutir de política y religión (es inutil :P) pero me gusta, no voy a un museo de esnobista, voy a visita guiada ¬¬ pero pues nada. saludes amigo mio. un abrazo.

pavenecia said...

jeje, si, lo de rayuela, ya lo termine, y jugue con él y el jugo conmigo asi que... no, pero asi no vale, dejame tu mail ¬¬. un abrazo. si quieres visitame pero ya no publico mucho, casi nada... he estado estudiando :(.

estudiante123 said...

Palomín, una corrección histórica: para el Mundial del 70 Garrincha hacía rato que no jugaba, estaba pudriéndose en el alcoholismo.